On fire con la Titán Desert

No creía que iba a volver a este desierto, pero hay momentos en los que son la intuición y el corazón, y no la razón, los que ponen el rumbo. En este caso, el rumbo de una travesía por el Sáhara con un destino tan incierto como claro es el objetivo: escribir Silencio, se rueda.

Un retrato del espíritu de la Titán Desert, de aquello que es único y a la vez común a todos los titanes: el coraje y la capacidad de superación para rendir al máximo en condiciones tan extremas como las que este desierto, y esta prueba, suponen.

Uno de esos titanes es Luis, uno de los participantes en esta “locura”, esta gesta llena de bravura. Gracias a él he conocido esta carrera, y en sus propio ejemplo vi por primera vez que los aprendizajes a la hora de enfrentar retos como éste pueden llevarse a la sociedad, a las empresas, a la vida.

Por eso el 27 de abril, cuando se de la salida de la carrera, estaré con ellos. Y el 2 de mayo, cuando crucen la meta. Y durante el camino, mientras ellos ruedan, iré desgranando sus historias.

Nos vemos en el desierto.

Silencio, se rueda.