Silencio, se rueda: Retratando el espíritu del alto rendimiento en la Titán Desert 2015
Este año, me ha “crecido” un nuevo reto.
Uno que me vuelve a conectar con mi esencia. La aventura del 2015 -porque una aventura es lo que es-, tiene mucho que ver con mi curiosidad, mi energía y mi pasión por recorrer el mundo y, muy especialmente, por el amor que le tengo al desierto.
Me sumo como escritora y storyteller a la Titán Desert 2015.
Profesionalmente, la Titán es una oportunidad de “make a difference” en el ámbito del alto rendimiento desde el punto de vista del deporte extremo, acompañando a los titanes y sus historias antes, durante, y después de la carrera. Y, para ser sincera, aún no sé dónde me va a llevar una vez termine la última etapa y los titanes recojan sus bicicletas… Es un reto de esos que me gustan, que aunque sé cómo y dónde empiezan, no sé hasta dónde pueden llegar. Pero lo importante es andar para llegar lejos, así que andaré.
Personalmente, la Titán es una vuelta al silencio del desierto, que me fascina. Ha sido la respuesta a una llamada silenciosa que me hizo mi hijo Luis, quien quería hacer esta carrera como fin del duelo por la pérdida de su padre y mi gran compañero de vida. Una forma preciosa de cerrar una dura travesía por nuestro desierto particular de estos últimos años en los que la oscuridad, el sudor y las lágrimas han sido el equipaje vital. Luis se siente comprometido con la Titán Desert 2015 como entrenamiento para la vida.
Igual que ocurre en su caso, estoy convencida de que detrás de cada persona hay una historia con un significado único frente a un quiebro de la vida. Y la Titán Desert puede ser, o ha sido, parte del desafío de salir adelante. Es una experiencia de coraje, fuerza de voluntad y disciplina física guiada por un propósito vital.
Así que me voy a poner manos a la obra escribiendo un libro que se llamará Silencio, se rueda. Voy a recoger todos estos retratos-relatos en un libro para compartir con el mundo las enseñanzas que hay en el espíritu del alto rendimiento para conseguir resultados que parecen casi imposibles. El proyecto se pone en marcha ya mismo. Los participantes cuentan los días que faltan para montarse en las bicicletas y yo ya estoy recopilando material sensible para compartir con vosotros. Voy adentrándome poco a poco y de la mano de aquellos que participan en mi propia aventura Titán con sus mundos personales, a los que me han invitado desinteresadamente.
A todos ellos, gracias. Es gracias a estos titanes que Silencio, se rueda, podrá tener un día forma. Historias para leer en silencio, un silencio tan del desierto como del respeto que se merece cualquiera que nos abra la puerta de su casa para compartir esta experiencia con nosotros.