Para qué lo dejé todo
Es algo de mi experiencia vital, de cómo la creatividad fue “esencial” para transformar una crisis existencial, en un oportunidad de reinventarme y crecer como persona y profesional. Este proceso creativo ha sido uno de los ciclos de mi vida más extraordinarios, me ha devuelto la alegría de vivir, el coraje y la ilusión para ser mejor y tener un propósito vital que es hoy la estrella que guía mi vida.
Érase una vez, en un momento de mi vida en el que podríamos decir que gozaba de un gran reconocimiento profesional y una aparente armonía vital. Era la presidenta de una agencia de marketing y comunicación que pertenecía a un prestigioso grupo de publicidad multinacional.
Fue en Madrid el mes de mayo del 2003, una mañana lluviosa y gris. Aquel día teníamos una gran presentación de creatividad con uno de los clientes principales de la agencia. Había dormido poco. Como era habitual en aquellas situaciones, revisábamos una y otra vez hasta el último detalle y hasta el último momento nuestra presentación. Faltaban dos horas para lo que yo llamaba el momento de la verdad, teníamos que “cruzar el Hall de las estrellas” y con las mejores galas seducir a nuestro cliente con “Talento y Corazón”.
Yo me sentía triste, muy triste y enfadada, pero no sabía por qué. Quería, como siempre, liderar aquella reunión con gran carisma y energía; mi compromiso con el equipo era total e íntegro. Pero me faltaba ilusión y no quería que ellos se dieran cuenta. Decidí salir a la calle a tomar un último café para despejarme. Intuitivamente cambié mi ruta y entré en una exquisita librería de poesía. Al cruzar la puerta vi una mesa en las que estaban los libros recomendados de la semana. Me acerqué y qué sorpresa cuando vi que uno de ellos era un libro de mi querido y admirado poeta catalán Miquel Martí i Pol. Como una flecha leí el título: “Lo dejo todo”. Me estremecí, abrazándolo como un tesoro, lo compré y salí hacia el bar de enfrente a tomar mi café y curiosear los poemas. Recuerdo la rapidez con la que pasaba las páginas para encontrar el que daba título al libro. Estaba en la última página, empiezo a leer “lo dejo todo y me gano la libertad”… y las lágrimas casi no me dejaron continuar leyendo. Mis ojos negruzcos, teñidos por la máscara de pestañas mezcladas con el llanto y el agua de la lluvia, me habían caricaturizado. Instintivamente me miré a través del cristal de la ventana, mi cara era una expresión de dolor, mi mirada estaba perdida. Supe en aquel instante que había perdido el sentido de mi vida, no estaba eligiendo con libertad. Aquel era el mensaje, no fue casualidad darme de bruces con aquel poema.
Mi sentido de la responsabilidad me orientó de nuevo a la acción a toda prisa, y con un positivo cambio en mi estado de ánimo inicié la gesta para conseguir el éxito profesional que teníamos como objetivo aquel día.
En ese momento decidí: “Yo Quiero dejar parte de mi equipaje e iniciar un viaje a mi interior, sé que no busco un destino”.
“Cuando el alumno está preparado aparece el maestro”, fue mi gran encuentro con Oriol Pujol, mi gran maestro del alma, sabiamente de su voz escuché “la vida es un misterio que hay que descubrir” ¡Uuauhh! Y eso, ¿cómo se hace?
Se desencadenó un profundo sufrimiento en mí, era el inicio de una gran crisis de sentido en mi vida. Una sensación extraña me acompañaba día y noche “todo parecía y nada era”. En mi realidad todo era confuso.
Cómo desnudar a esa personalidad camaleónica que se había apoderado de mí, que manejaba todos y cada uno de mis múltiples roles y papeles de la vida social, profesional y personal. Cómo abrazar mis sombras, que aparecían como una gran actriz de la vida, encantadora y sutil.
Llegar a lo esencial, saber que me había desconectado de mi autenticidad, olvidando quién era yo y que sentía, qué valoraba y para qué.
Era una sensación de vacío y desesperación de vivir en un laberinto de incomunicación, con mucho ruido en mi cabeza. Nunca había llorado tanto, claro… tenía tantas y tantas capas de cebolla que sacar. Recuerdo la metáfora de cómo me visualizaba “como si viviera dentro de un burka de color negro”. Y yo que he nacido en una ciudad de luz en el Mediterráneo, que he crecido con una cultura abierta de creatividad espontánea y amable ¡Dios mío, qué contraste!
Presenté mi dimisión profesional y cuestioné todo lo que constituía lo esencial de mi vida. Inicié mi viaje en busca de una alineación para llegar a un punto zen, desde donde reflexionar hacia el encuentro de un nuevo propósito vital. Me conecté con el sentimiento, con mis emociones y pensamientos en profundidad. No dejaba ni un instante de preguntarme ¿con quién? ¿dónde? ¿cuándo? ¿qué? ¿cómo? y ¿para qué?
Desaté todo tipo de emociones y percepciones, experiencias subjetivas que dibujaban mi mapa de la realidad, y lo revisaba desde distintas posiciones y críticas.
Identifiqué muchas creencias limitantes y también otras que me potenciaban, era un volcán en plena erupción.
Tuve el coraje de descubrir aquellos valores por los que estaba dispuesta a actuar y contribuir con un propósito. Y darlos a conocer a los demás, abrazar mis sombras y relacionarme desde la realidad de mi nuevo ser y establecer una comunicación desde el corazón. Y sobre todo descubrir mis talentos y el saber reconocerme a mí misma.
El itinerario de mi viaje nace con dos presuposiciones: “el mapa no es el territorio” y “todos tenemos la creatividad y los recursos para ser la persona que queremos ser”.
La evolución, o mejor dicho, revolución, me llevó paso a paso a concretar mi reinvención. Y así empiezo a transformar mi realidad.
Mi visión fue crear un nuevo paisaje de empresas creativas, rentables y responsables con líderes humanistas evolucionando hacia un capitalismo sensible.
Mi propósito es reconciliar la angustia y serenidad del hombre en la empresa.
Mi creencia de ser una emprendedora y experta en haber liderado proyectos empresariales exitosos durante más de veinte años con el doble lenguaje economicista y humanista. Por ser reconocida por inspirar desde la espontaneidad creativa.
Con mi capacidad de comunicación y relación interpersonal para potenciar y desarrollar el mejor talento y corazón de las personas. Desde la intuición y creatividad para transformar ideas, líderes y retos en compromisos congruentes y responsables.
Ser coach para acompañar al crecimiento de los líderes de las empresas comprometidas con la sociedad, las personas con una misión por objetivos guiadas por una ética de la responsabilidad.
Y desde el 2007 hago todo esto en Musarión, el templo de las musas, un espacio abierto, amable y creativo que actúa como plataforma de profesionales del coaching alineados para inspirar personas en la vida personal y profesional.
Hoy, cinco años después, sé que “hago lo que me gusta y me gusta lo que hago”, que me mueve la ilusión y estoy comprometida con firmeza y congruencia.
¡Un abrazo a vuestros corazones!
Mayo 2012